martes, 9 de febrero de 2016



Adultos que no fueron niños
Katherin  Yaquian Suchite

Cuando vuelvo a leer el principito, solo puedo visualizar todos esos caracteres que los adultos van tomando, olvidando que ellos alguna vez fueron niños, me pregunto ¿Cómo es que pueden olvidar reír? ¿Cómo pueden dejar de hacer lo que les gusta y apasiona? Entre muchas incógnitas más. Es triste ver que a pesar de tener a su mismo reflejo de cuando ellos eran niños en sus hijos, y aun así no recuerdan que exactamente así eran ellos.

Podemos ver los adultos que simplemente con mandar y sentirse grandes, ya se sienten poderosos y creen que pueden exigir a cualquiera lo que quieran y cuando quieran, tomando actitudes prepotentes.
También están los adultos que solo quieren ser alabados y no ponen importancia a nada de lo que está en su entorno, solo se importan ellos y nadie más como si fueran únicos en el mundo y los más triste es que se recuerdan que no son únicos, solo por querer que alguien les alabe.

Luego tenemos a estos adultos que tal vez sean de los que más tengamos en este mundo, si exacto aquellos que ya no tiene tiempo más que para el trabajo y todo aquello que sepan que les trae ingresos, que cualquier otra cosa que no tenga que ver con efectivo o no sea un bien material no importa, solo la lujuria les llama la atención y hacen lo posible para tener más y más, lo peor de este es que entre más cree tener menos va adquiriendo en verdad.

Ahora también podemos observar de los peores adultos, los violentos y no porque sean así, sino que hay algo que hace que sean así, creen que tienen muchos problemas y desahogan de la peor manera sus penas, o simplemente encuentran gusto y placer, exactamente ya saben a qué me refiero a tomar alcohol. Esta sustancia que para ellos se vuelve todo, es esencial pero realmente están destruyéndose por dentro, y destruyendo todo lo que está en su entorno adquiriendo realmente un vició que no podrán controlar solos.

Estos son algunos de los tipos de adulto que nos encontramos común mente, pero lo que tienen en común cada uno de ellos es que cree, que nunca fueron niños porqué crecer les hace olvidar que alguna vez lo fueron. Pienso esto, porque pareciera que realmente olvidaron las razones verdaderas de la felicidad, y en lo que en verdad vale la pena invertir el tiempo esas pequeñas cosas que hacen que la vida realmente valga la pena, ¿Cómo que me dirán?, pues desde pararse un momento para apreciar un día más de vida, un cielo azul y despejado, hasta tomarse el tiempo para ver apreciar y oler una rosa sabiendo que no hay otra rosa igual, parecidas pero jamás la misma o siquiera decir un te quiero  o saber el significado de ello, tener a ese alguien especial que los impulse para seguir día a día luchando por algo que en verdad quieren.

No pero ellos prefieren simular que nunca fueron niños y que no necesitan ninguna de estas cosas que lo que tienen creen ellos que es felicidad. 


El poder del agradecimiento

Las personas en la actualidad, esperan favores sin dar nada a cambio. Y a veces así también es la vida viéndolo del otro lado de la moneda, uno da sin esperar nada a cambio, pero muchas veces una muestra de agradecimiento para el que hace bien por nosotros no cae nada mal. De esta manera demostramos que lo que hizo esta persona por nosotros fue algo especial y lo valoramos porque lo hizo con esfuerzo y empeño para poder agradarnos o causarnos algún bien.
Como en la historia de la tortuga gigante, el cazador no había comido en varios días y tenía mucha hambre, al ver a lo lejos a la tortuga vio que un tigre quería comérsela, cuando el tigre lo vio se le tiro encima y él le disparo con la escopeta… luego vio a la tortuga y dijo que se la comería, pero se compadeció de ella cuando la vio herida, en lugar de comérsela la llevo a donde él se quedaba a dormir y la curo por varios días. Al buen tiempo cuando el cazador se enfermó, la tortuga como muestra de agradecimiento lo curo y lo curo varias veces por varios días le dio de comer para que el mejorara, y lo llevo hasta buenos aires que era donde el cazador quería estar, la tortuga no lo dejo solo, porque él no la había dejado sola a ella.

La enseñanza que nos deja es que debemos ser agradecidos y pagar de la misma manera en cómo nos den a nosotros, porque si hacen algo bueno para nosotros es para que nosotros estemos bien y de eso recibir algún beneficio, es un buen acto de agradecimiento devolver el favor con una buena o mejor acción.


La grandeza del esfuerzo

Hoy en día desde la adolescencia muchos sueños empiezan a surgir y despertarse en cada uno de nosotros, claro generando también muchas preguntas como: ¿Lo podré lograr? ¿No será imposible que yo pueda hacer eso? Entre muchas otras que realmente no sirven para nada más que generar un obstáculo mental en nosotros. En la película de manos milagrosas podemos ver como alguien que ante la sociedad viene de los más bajo, logra alcanzar cosas imaginables para él y para cualquier otra persona con esta clase de pensamiento, pero claro vemos algo en el protagonista vine, que todos deberíamos de tener antes de preguntarnos el que podría pasar y esto es tomar la iniciativa y empezar a trabajar en  ese mismo momento por eso que queremos lograr, por esos sueños que vienen de la nada pero nos gustaría que se volvieran nuestro todo.
 Esforzarnos para alcanzar lo que queremos es lo que a muchos hoy en día no nos gusta, ya que queremos todo por la salida más fácil es decir de la manera en que no hagamos mayor esfuerzo para tener ese algo que nos gustaría tener, pero obviamente las cosas grandes e inimaginables vienen acompañadas de un gran esfuerzo y trabajo de nuestra parte. Hay que tomar en cuenta que el camino para ese éxito que queremos no siempre será el más fácil, pero todo  eso por lo que nos esforcemos hoy en el mismo momento no sabremos todo lo que valía la pena pero es seguro que en un futuro diremos TODO VALIÓ LA PENA.
Es necesario recordar que solos no vamos a lograr todas estas cosas ya que necesitamos de una inspiración y ayuda incondicional, como en la película de manos milagrosas lo fue la mamá de Beni y obviamente lo fue Dios usándolo de gran manera para bendecir la vida de otras personas atreves de sus manos, algo que vine no hubiera alcanzado hacer sin preparación y esfuerzo, pero su recompensa fue aún mayor ya que la alegría de alguien más a causa de algo que nosotros podamos hacer es algo que no tiene precio y hace saber que todo valió la pena. 



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